El sentido de la vida

Los pensadores contemporáneos también dicen que desde un punto de vista lógico y racional, la vida no tiene sentido. Nacemos, crecemos, envejecemos y morimos. Pero la reflexión debe continuar: ¿qué sentido tiene? ¿Para qué vivimos? Muchas personas encuentran en la venganza una razón para vivir. Viven y se esfuerzan por vengarse de alguien. Otros viven para demostrar que son buenos y que pueden ganar. Otros viven para enriquecerse y prosperar. Por otro lado, hay muchos que pierden el sentido de la vida y pierden las ganas de vivir.

Pablo afirma que Jesús murió «para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos» (2 Corintios 5:15). Vivir para Jesús es vivir en su amor, un amor que no nos consume, sino que nos alimenta, nos impulsa y nos fortalece. Con vigor y alegría, entonces podremos cuidar de las personas que nos rodean, amándolas con la certeza de que ni siquiera la muerte puede quitar el sentido de las cosas, porque Jesús ha resucitado y también nosotros resucitaremos.

Oración: Querido Dios, gracias porque en el amor de Jesús encuentro seguridad, protección y sentido a la vida. Amén.

Lea en su Biblia: 2 Corintios 5:11-17

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